Matías Prats siempre quiso ser poeta. La radio fue algo circunstancial, él siempre lo dijo. Pero en pocas ocasiones, un revés del destino tiene un resultado tan extraordinario. Es y seguirá siendo por mucho tiempo, el villarrense más universal. La figura más laureada y transcendental de la historia del periodismo en España. De semblante humilde y cercano, de honradez extrema y verbo exacto. Conjugaba su vida en gerundio, siempre el presente parte de sus propias preocupaciones. Los pretéritos los alejaba en ordenados trasteros para visitarlos solo cuando procede. Calmaba su ansias de adolescente sensible con poesías. Una de ellas se convirtió en pasodoble gracias al músico Guillermo Navarro. Y dice así:
Capullo en flor de Andalucía
Tierra de luz y de alegría
sintiera por vez primera
el noble orgullo de haber nacido en ti.
Capullo en flor de Andalucía
Tierra de luz y de alegría
yo te bendigo vibrante de emoción
y ofrezo a ti mi corazón.
Villa del Río mi tierra querida
plantel de amores, amor de mi vida
tiene tu gracia preciosos destellos
y amantes de ellos te canto yo.
Villa del Río mi tierra querida
en ti mi vida yo llevo prendida
siempre tu nombre llevara mi alma
la dulce calma que en ti encontró.
Con leve arrullo tu hermoso río
te canta altanero y en su murmullo
dulce y bravío te dice te quiero
linda amapola, tierra profusa del sol la primera
que es española, que es andaluza, que es cordobesa
qué gloria mayor.
Matías Prats Cañete
El pasado 28 de febrero mi pueblo quiso brindar por un villarrense adoptivo, pero que no es desconocido para nadie. Es el periodista más respetado y querido del panorama televisivo actual. Más de cuatro millones y medio de personas atienden a sus palabras para construir sus realidades. Algunos lo ven como algo fácil viniendo de quien viene. Porque el abono era bueno, el mejor. Pero su trabajo constante y su dura lucha por mantenerse y adaptarse le ha revelado el secreto fortuito del éxito.
Por mi parte quise hacerle un pequeño homenaje a él y al que lo precedió. Una familia que sigue representando en esta tierra de juncos, montes y ríos quebrados, la suave certidumbre de que el trabajo, aparte de excelente, debe estar siempre manchado de sentimiento. Y si es bueno, mucho mejor.
Todos los derechos reservados. Jesús Leirós 2011 ©
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4.4.11